Mi nombre es Miguel Mariñoso, aunque suelen llamarme Miguelé, y soy un mago y filósofo zaragozano que acerca la Magia a lo cotidiano. Desde que a los seis años una caja de juegos de Magia cayó en mis manos, este arte se convirtió en mi manera de explorar el mundo y compartirlo con los demás. Mi discapacidad visual (con tan sólo un 13% de visión), lejos de ser un obstáculo, contribuye a forjar un estilo muy personal y único que mezcla humor, cercanía y sinceridad.
Para mí, el Ilusionismo no es sólo un arte escénico, sino una conversación a través de la cual compartir un rato agradable sin barreras.
Con 24 años he actuado en colegios, institutos, pueblos, salas, teatros, galas, congresos, festivales, y diversos eventos socioculturales públicos y privados; sin olvidar mis diversas apariciones en la televisión autonómica aragonesa. Asimismo, he sido protagonista del cortometraje documental Un truco para ver más allá. He aprendido de cada experiencia, especialmente de aquellas que me han resultado más complicadas, creciendo personal y profesionalmente hasta lograr en 2024 el 1.er Premio Nacional de Micromagia y en 2025 el 1.er premio del Concurso de Magia Joven Ramón Riobóo.
Utilizo la Prestidigitación como herramienta para expresar, comunicar y transformar nuestra realidad. A pesar de las dificultades que encuentro en el camino, mi trabajo constante está lleno de pasión, esfuerzo e ilusión. Cada vez que subo a un escenario, busco conectar con el público y compartir mi “visión” particular, desde una perspectiva no sólo mágica, sino también filosófica.
Mi Magia es auténtica porque yo lo soy. No hay personajes ni artificios: sólo un artista comprometido; un joven que vive realmente cada instante mágico e invita a su público a hacer lo propio.
Cita a ciegas no es sólo un espectáculo de Magia de cerca sino, como el título indica, una experiencia de encuentro entre personas desconocidas: el público y yo, quienes iremos conociéndonos a lo largo de la velada a través de la Magia.
En el espectáculo, apto para todas las edades, aunque recomendado a partir de doce años, los juegos de Micromagia, Cartomagia y Magia de Salón con monedas, cartas, cubiletes, etc. se tornan herramientas de expresión artística y comunicación útiles para hablar por sí mismas desde Filosofía hasta las cuestiones más banales del día a día, siempre con una dosis generosa de humor socarrón y cercano, marcado por la discapacidad visual que me atraviesa por completo y, por tanto, también mi Magia.
La cita se divide en tres principales bloques: el primero, a modo introductorio, se compone de efectos clásicos de Micromagia con diferentes elementos; el segundo se centra en la Numismagia, juegos de Magia con monedas y billetes; por último, un bloque en el que experimentamos la Magia a través de sentidos diferentes a la vista.
Durante los setenta minutos que dura esta cita el público vive en primera persona momentos únicos y verdaderamente mágicos explorando nuevas realidades por medio de la Magia, un arte capaz tanto de transmitir como de transformar la realidad.
Suele decirse que en la Magia el público es ciego. Pero, ¿y si por una vez fuese al revés?
No es necesario ver para creer en la Magia, existen diferentes fórmulas para disfrutarla. Como dice mi maestro Sergio Cisneros, mientras la mayoría vive la Magia mediante la vista como una película, yo la experimento a través de la imaginación como un libro.
No ver para creer se trata de un acto personal, es decir, en primera persona, dado que nace directamente de la experiencia. En él tres monedas de plata, una cajita de madera y un pequeño bastón blanco a modo de varita se tornan poderosas herramientas para explicar cómo es el día a día de una persona con discapacidad visual y su relación con un arte escénica como la Magia.
Este acto cargado de emoción, que cuenta con dos primeros premios, está recorriendo y cosechando éxitos por salas, teatros, galas, congresos y festivales alrededor de todo el Estado español.